—Mujer—

Mujer...

Ser encantado y maravilloso que apareció ante los ojos atónitos del caminante.
Carne de nuestra carne y huesos de nuestros huesos. ¡Regalo de Jah!
¿Acaso hay algo más que motive nuestros sueños y nuestros más profundos anhelos, presente del Altísimo?

Compañera de tiempos postreros y del comienzo del camino.
Has llenado el inmenso vacío que hay en el mundo sin ti.
Has tomado de la mano nuestra simiente y la has amado.

No quiero jamás estar solo, no deseo prescindir de ti.
Funde tu amor a mi alma, que sea una sola.
Estaré contigo y por tu encanto, hasta el final de los días.

José Santos
Enero 2007