Ocurre a veces que cuando uno termina sus actividades en un ajetreado día cualquiera, viene sola la reflexión al atardecer, en el sosiego de la noche. Es inevitable dar una mirada retrospectiva a nuestros últimos quehaceres y te pones a pensar si no había una mejor manera de haber ocupado tu tiempo. Me parece que siempre que hago eso, me figuro el correr del tiempo enlazado a los quehaceres en el nuevo mundo de Dios. Me lo imagino aletargado, pródigo en cantidad, sin apuros en ocuparlo bien (para qué si el tiempo no se acabará, siempre estará allí, “per sécula seculorum”, como dirían los romanos).
Pero en este mundo actual, la cosa es muy diferente. Parece que el tiempo del que disponemos para encargarnos de nuestros asuntos, nunca es suficiente. Nos gustaría haber hecho esto y aquello… haber visitado a ese y aquel… haber hecho algo que nos relajara… dedicar, aunque sea un poco de tiempo, a alguna afición que nos gusta. Pero… el tiempo, el tiempo, el bendito tiempo… se pasó “volando”, y no hicimos nada o casi nada de lo que teníamos presupuestado para este día en particular. Por eso al final de cada día, termino preguntándome si no había una mejor manera de haber ocupado mi tiempo.
Pero en este punto me detengo y me pregunto “¿La mejor manera desde el punto de vista de quién?”. ¿Desde mi punto de vista? ¿Desde la óptica de los que siempre quieren aconsejarme en cuanto a cómo ocupar mi vida y mi tiempo?- (desde el propio punto de vista de ellos, por supuesto). El punto, creo yo, es: qué es lo correcto de hacer, no lo que quisiéramos hacer.
Basta que miremos a nuestro alrededor y veamos cómo el mundo y su sociedad se cae a pedazos, para sacar conclusiones lógicas. En este punto son buenas las comparaciones entre el tiempo presente y el pasado. Me explico:
Antes, una persona planificaba un negocio, trabajaba con optimismo en su realización, y lograba resultados positivos o al menos satisfacientes a sus esfuerzos. Resultaba como dicen los Proverbios: Veía el bien por todo su duro trabajo. En cambio hoy, por más que una persona haga planes, trabaje con esfuerzo y optimismo, difícilmente alcanzará un resultado satisfaciente, a menos que transija en sus valores morales. El aumentante espíritu de competencia, envidia, materialismo, amor al dinero, delincuencia etc., te hacen cada día más difícil obtener tus objetivos honradamente. Además el Dios de este mundo, lo ha diseñado de tal manera que solo los deshonestos logren cierto éxito. Por ello qué sabio resultan las palabras de Jesús de bastarse con las cosas básicas: “el pan nuestro DE CADA DÍA”. Porque en este mundo los que sirven a Jehová tienen en contra a todo el mundo inicuo, a Satanás y sus demonios, y solo pueden aspirar a sobrevivir mientras se mantienen íntegros a medida que el Inicuo “los pide” para zarandearlos como a trigo en un temporal.
La situación de hoy es como un transatlántico que se hunde en el mar, mientras la mayoría de su tripulación danza fascinada con la orquesta en el salón de baile. Solo los más sabios ocupan su tiempo dando advertencia a todos los que pueden y se apresuran a subir a los botes salvavidas.
¿Qué estamos haciendo ahora nosotros? … Ya tendremos tiempo para bailar… mucho tiempo, todo el tiempo que podamos imaginar… de hecho… toda la eternidad.
He'Mem
Sabes la ultima reflexion es la que dio empuje a mis decisiones de estos ultimos meses, para ciertas cosas tiempo de sobra habra alla tras el final de este mundo, y alli si que seran alegrias plenas y compartidas con aquellos que mas estimamos. Un abrazo grande para ti amigo mio, de tu amiga españolisima.
ResponderBorrarGracias, siempre apreciada y recordada españolísima.
ResponderBorrarTe imagino disfrutando de una gozosa cocecha. (Qué envidia).
He'Mem