12.25.2010

¡¡¡¿Feliz? Navidad!!!!

       Es imposible, en estas fechas, sustraerse al llamado “espíritu de la navidad”. Está en todas partes; en la TV, las emisoras de radio, la propaganda comercial (¡y como no!), los periódicos, las revistas, el cine, etc, etc. Además todo el mundo (literalmente TODO el mundo) adorna sus casas, compra regalos, se desean felices fiestas unos a otros, y se vuelven “un poco mas buenos”, aunque solo sea en apariencia.

      Es como si se tratase de una gran orquesta que a la indicación de la batuta del director comenzara a tocar una bulliciosa “opera”: “Compra, compra compra, gasta, gasta, gasta, sufre, sufre, sufre”.  Y es que estas fiestas, y en particular, las navidades, se han transformado en la pesadilla de muchos padres, hijos y abuelos por igual.

 El comercio siempre insaciable, cada vez mas nos encandila con artilugios tecnológicos que en estas fiestas se ofrecen como alternativas de regalos de navidad a precios prohibitivos para muchos, pero que ante las suplicas, reclamos y exigencias de los caprichosos hijos simplemente tienen que adquirir.

Esos regalos simples que antaño nos hacían nuestros padres (muñecas, carros de madera, juegos de pelota, palitroques etc,) ya no se hacen, pues es casi una ofensa para el que los recibe, y corren el riesgo de recibirlos devuelta a tiro de piedra por la cabeza.,

Las aglomeraciones en los centros comerciales al acercarse las fiestas, son verdaderos “hormigueros” de personas que deambulan de acá para allá, con ojos desorbitados buscando el regalo para su familiar que se les olvidó, y a última hora gastan lo que no tienen en satisfacer el deseo de quienes, al igual que ellos, se ven obligados a hacer lo mismo. La tragedia se produce cuando reciben un regalo de alguien a quien no tenían contemplado en sus listas… y allá a salir corriendo para comprar lo que sea para retribuir la atención.

Lo que muchos reclaman, es que parece que a nadie le interesa la razón por la cual se celebra la navidad, o natividad: El nacimiento de Jesús. La fiesta en si misma se ha transformado en la razón del festejo. Y parece que así  es considerando que en países no “cristianos”, como Japón y china, la celebración se ha instalado y parece que cada vez la disfrutan mas.  Y por supuesto, las luces, árboles de navidad, y (claro está) los regalos, son lo que se espera, recuerda y sobresalen en estas fiestas.

El punto es que, si algo se celebra con alegría, es porque hay un beneficio de por medio, para el que lo celebra o para todos. O es algo que ofrece alguna promesa por venir, algún futuro prometedor… de lo contrario ¿cuál sería  el sentido de celebrarlo, verdad?

Además nadie se pregunta si al “festejado” le parece bien que se celebre su nacimiento.
Claro que hay algunos que sí lo han investigado, y han hallado la razón misma para celebrar… pero no el nacimiento del festejado, pues este no cambió nada en el mundo.  Fue mas bien su muerte la que produjo el mayor beneficio para toda la humanidad… claro, para aquella que se interese en investigar el porqué debemos celebrar… y no precisamente el 25 de Diciembre, pues esta es la fecha de celebración de las Saturnales Romanas y del nacimiento del sol.     ¿Lo sabía?