Le irá mal a tu alma, si cree que puede burlarse de la misericordia de Jah. Nadie puede recibir la bondad inmerecida de Dios como excusa para ir en pos de la carne. Tu propia conciencia te condena y hace que tus manos te muestren el desagrado de Dios. “¿No te traje yo desde la oscuridad, y no te rescaté de la corrupción? No te di una esperanza y te puse delante de los hermanos, y no di órdenes a sus corazones para que te amaran??. Y no planté en tus manos el don del consuelo y de consolar con la palabra??” ¿Acaso crees que puedes buscar las dos mesas por siempre, y hacer que tu Dios Santo se complazca en tus caminos? Despierta de una vez del sueño, si no lo haces, vengo a ti pronto y quitaré de tus manos el don, y de tu boca el consuelo…. A quien amo disciplino, y a quien me odia, quito su nombre del libro de la vida.
La fe se percibe en cuanto a su presencia, solo cuando es puesta a prueba, cuando la tentación la provoca, pues ni tus manos ni tus ojos ni tus pies querrán ir en pos del pecado ni se darán licencia para dar “solo una mirada”, cuando sabes y convencido estás, de que estás siendo observado, aún cuando no se vea a nadie a tu lado. Los caminos de la oscuridad tienen su inicio en la lisonja y en la sugerencia velada. Oh, alma mía no quieras dar el primer paso. Si has iniciado el camino oscuro, no te engañes pensando que podrás regresarlo. Como una polilla que es atraída a la luz que le dará muerte, así tu alma encontrará el trágico final del mal camino… y ya no podrás regresar.
Los caminos de la muerte son su fin después. ¿Por qué querrías contemplarlo? No abandones la batalla… no sueltes la espada. En tus miembros de esconde el enemigo artero, y en tu corazón la muerte… Los guerreros ya vienen en tu ayuda… no desfallezcas. ¿Por qué debes morir?. Pon una venda sobre tus ojos, y cadenas en tus pies. Así te encontrará el Rey… y subirás a su corcel…. No escatimes el poder del pecado… no, no lo desprecies…
